Preparar archivos para mandarlos a imprimir es un proceso fundamental para garantizar un buen resultado en la impresión. En el ámbito profesional, a esta tarea se le llama “el arte final”, ya que engloba los últimos retoques necesarios en cualquier pieza de impresión, ya sea un documento, un folleto, un cartel, una carpeta, etc.
El arte final o la preparación de archivos para imprenta es una de las tareas más habituales en el ámbito del marketing. Aunque pensemos que, en la actualidad, todo es digital, la papelería corporativa sigue teniendo un papel irremplazable para conseguir impactos visuales y construir imagen de marca.
Por este motivo, cada vez son más los profesionales y personas interesados en cómo preparar un archivo para mandarlo a imprimir. Estos archivos pueden ser folletos para buzonear, carteles para eventos, MUPIs, rollers, tarjetas de visita, documentación corporativa, etc.
A continuación, te contamos siete consejos para mandar archivos a imprenta que te serán de gran ayuda para crear un archivo correcto y listo para impresión.
1. No te obsesiones con el color de la pantalla
Aunque cueste asumirlo, es importante saber que lo que ves en la pantalla no tiene por qué ser fiel a la realidad de lo que va a salir impreso. La calibración de colores de la pantalla puede hacer que los colores y tonos se vean diferentes.
Por este motivo, si ya conoces el pantone del color que buscas, lo mejor es que te ciñas a él. Si no lo tienes pero quieres conseguir un tono exacto, lo ideal será pedir una muestra de color para ver cómo puede quedar una vez impreso y evitar sorpresas.
2. Deja sangrado en el documento
El sangrado o la sangre en los documentos es un margen que debe dejarse en los bordes de todos los diseños. Por lo general, será suficiente con unos 2-3 mm por cada lado. En cualquier caso, no tienes que preocuparte demasiado, ya que, en la mayoría de programas de edición, puedes encontrar pautas para dejar el sangrado pertinente en tu diseño.
Si tienes dudas, siempre puedes preguntar a la imprenta cuál es el sangrado recomendado en cada caso.
3. Asegúrate de tener una buena resolución en todas las imágenes
Para que las imágenes se vean con nitidez una vez impresas, deben tener una calidad mínima. Aunque, aparentemente, en la pantalla se vea bien, es posible que la imagen pierda calidad al imprimirse. La resolución ideal para que las imágenes tengan buena calidad es de 300 ppp.
4. Trabaja siempre en tamaño real
Las medidas del archivo tienen un papel fundamental en el resultado final. Por este motivo, una de las recomendaciones clave a la hora de preparar archivos para imprimir es trabajar con el tamaño real.Así, evitarás que haya cambios en el formato o en la calidad al cambiar las medidas del diseño.
5. Elige el modo de color CMYK>
En la mayoría de imprentas se trabaja con la cuatricromía (CMYK), por lo que es muy recomendable entregar el archivo final para imprimir en esta escala de color. En caso de utilizar colores RGB, que están pensados para diseños en pantalla, la escala de colores deberá pasarse a CMYK antes de la impresión, pudiendo sufrir algún cambio.
6. Utiliza fuentes incrustadas
Seguramente, en la elaboración del archivo, hayas utilizado tu tipografía o fuente favorita. Para que esta no cambie al maquetar el archivo o al pasarlo a PDF, es necesario que la incrustes.
Este proceso consiste en adicionar las fuentes o los caracteres utilizados en el archivo. Así, podrás garantizar que esa tipografía siempre estará disponible en el archivo aunque no estén instaladas en el ordenador que se utilice para la impresión.
7. Pásalo a PDF
Aunque quizás ya lo sepas, nunca está de más recordar que el formato de archivo ideal para la impresión es PDF. Este formato facilita el trabajo en la imprenta al estar encapsulado y conservar los textos y vectores en buena calidad.